Diseño del blog y montaje de imágenes/ fotografias y videos : Mar Buelga. Textos: Olga María Ramos y colaborador@s

viernes, 23 de enero de 2015

Madrid 20/80. LOCO AMOR DE CABARET. OLGA MARÍA RAMOS EN ASTURIAS.






El pasado jueves día 21 llegó al fin el estreno de Madrid 20/80. "Loco amor de Cabaret" , Una producción de la Compañía asturiana "Quiquilimón" y "Tabló Vivant", bajo la dirección artistíca de Pablo S. Garnacho
Un paseo por la historia del cuplé de la mano de Olga María Ramos , Jesús Gago e Irene Calabuig , con el acompañamiento al piano del maestro Adrián Graumann bordando cada una de las melodias
del género.
El espectáculo se repitió el viernes 22 en el magnífico auditorio de Pola de Siero.
 La prensa asturiana, cubrió la noticia con varias entrevistas a intérpretes y director.
(Como dice Olga, la prensa asturiana me quiere)





Y aunque prometemos crónica y primeras impresiones del primer montaje en que Olga cupletista y cupletóloga se ha convertido en "cantactriz"aqui os dejamos a escasos minutos de la finalización de la segunda representación con las múltimes entrevistas que mencionabamos anteriormente.

Si Madrid 20/80 , "Loco amor de Cabaret"pasa por tu ciudad y adoras el cuplé y el teatro no lo dudes este es el montaje que te gustará. Con él , el cuplé seguirá vivo por muchos años de la mano de Olga María Ramos y toda la compañía de la que forma parte.






Olga María Ramos. ©Llaneza Photo


«La insinuación es mucho más erótica que el sexo explícito»

 OLGA MARÍA RAMOS, La cupletista y cupletóloga. Lleva a la escena del Palacio Valdés este jueves el espectáculo 'Loco amor de cabaret'

ALBERTO PIQUERO | AVILÉS.

22 enero 2015
La artista madrileña Olga María Ramos da muestras de todo su potencial durante la entrevista, en la que no sólo responde gentilmente a las preguntas, sino que las ilustra mediante fragmentos musicales, en lo que podría llamarse una entrevista cantada previa a su actuación del jueves en el Teatro Palacio Valdés de Avilés (20.15 horas), donde presenta 'Loco amor de cabaré'.

Hija de la gran cupletista Olga Ramos y del músico Enrique Ramírez de Gamboa, de casta le viene. Heredó el cuplé de su madre, pero en la juventud también coqueteó con el rock.
 ¿Cómo fue ese pasaje?

Yo siempre quise ser artista, pero mis padres no estaban nada convencidos de que lo fuera. Conocían las penalidades y la inseguridad de la profesión. Así que a los dieciséis años me desmarqué por ahí, por el rock. Formé el grupo 'Las Akelas', un visto y no visto, debut y despedida. Lo cuento en la obra que representamos en Avilés. Una obra que recorre la historia del cuplé en diversas épocas.

¿De qué modo puede explicarse el género, que al fin y al cabo tiene origen francés?

Un origen francés que adquirió un sello muy español.
Aquí se hizo mucho más completo, como crónica de la sociedad de una época y sus personajes, al tiempo que enriqueció sus ritmos.
Esa crónica, a veces muy picante, hubo de enfrentarse en no pocas ocasiones con la censura: tras la guerra civil, el cuplé fue prohibido por el franquismo... Se le censuraba su vertiente picaresca, así que se debía recurrir al ingenio...
Por ejemplo (canta una estrofa de 'La regadera'):
"Tengo un jardín en mi casa/ que es la mar de rebonito/ no tengo quien me lo riegue/ y lo tengo muy sequito.../ay...". A mi madre nunca la censuraron, porque lo hacía de una forma inteligente, le bastaba con una mirada, sin un mínimo gesto obsceno...

¿Tuvo que disfrazarse el cuplé de revista en esos años 40?

Son diferentes el cuplé y la revista.
 Lo que pasa con el cuplé es que aparece, desaparece y siempre vuelve a reaparecer.
A mediados de los años 30, languideció, pero como explicaba mi madre nunca desaparecerá si se canta con 'verismo', con calidad.
Lo que yo suelo decir es que se trata de una especie en peligro de extinción.
 No se puede omitir que también está presente en el cuplé un lado oscuro.
 Uno de los más famosos, 'Es mi hombre', incorpora rasgos machistas muy claros en los que se incluye el maltrato consentido...
Es verdad. Pero hemos de ponerlo en su contexto histórico, que en ese caso son los años veinte del pasado siglo, el cuplé apache y el baile de Java. Era terrible.
Eso pasó, afortunadamente, aunque por desgracia continúe habiendo mujeres que son víctimas de maltrato. En nuestra obra se denuncia de modo muy claro. Por esa época, las artistas eran mujeres, pero el público casi exclusivamente masculino...

¿Ya es un género para todos? 

Gracias a Dios, sí. Empezó a abrirlo a todos los públicos La Fornarina, ya en 1915.
Las cupletistas estaban mal vistas, como chicas de moral distraída (ríe).
 Se las iba a ver por si enseñaban un tobillo o si a La Chelito se le caía el mantón...

¿La picaresca del cuplé no ha quedado rebasada por el sexo explícito de nuestro tiempo?

La insinuación es mucho más erótica que el sexo explícito, que no deja que trabaje la imaginación (canta una estrofa de 'El pulverizador')...
El cuplé es para un público imaginativo e inteligente...
Que, además, ha estado recogido por algunas de las figuras estelares de la canción, de Billie Holliday a Celine Dione, por no hablar de 'La violetera' en la banda sonora de 'Luces de la ciudad', de Chaplin...
 ¡Qué fuerza tiene el cuplé!
Cruza las barreras del tiempo.
 Es lo que decía, que se trata de un género frágil, pero si se le cuida se hace inmortal.
Si se me permite contarlo, en un teatro de Badajoz, después de interpretar 'La violetera', hubo quien vino a decirme que durante la canción olía a violetas...
Es lo que tiene el cuplé.

Se declara cupletista y cupletóloga. ¿Nos lo explica?

La cupletista es la intérprete. La cupletóloga es la investigadora. Ya he escrito un libro sobre el género, que ahora está descatalogado.
Con el cuplé nunca dejo de aprender y quiero transmitir a los demás cuanto voy asimilando.

Además de la voz, ¿es importante la faceta de actriz para cantarlo? 

La voz ha de ser delicada, matizada, sin ascender a escala de soprano.
Pero para proyectarlo por completo, es fundamental la composición de actriz, que perfile sus sentimientos, su comicidad, su erotismo o su dramatismo.

Al final, ¿será especie en extinción que sobreviva?

duda. Y yo pondré todo de mi parte, porque lo adoro.

Un momento del espectáculo. Olga María Ramos y Jesús Gago.©Llaneza Photo






Crónica del siglo XX con voz femenina
Pablo Garnacho estrena esta noche "Madrid 20/80. Loco amor de cabaret", un musical "que interesa a todas las generaciones

 Saúl FERNÁNDEZ

 Olga María Ramos y Jesús Gago son los protagonistas de "Madrid 20 /80. Loco amor de cabaret", que es el musical cuyo estreno acoge esta noche (20.15 horas) el teatro Palacio Valdés. Se trata de una producción de la compañía "Quiquilimón" que ha escrito y dirigido Pablo Garnacho, que es quien asegura que el espectáculo "interesa a todas las generaciones".
 "Los mayores no lo rechazan y los más jóvenes, descubren el cuplé", recalca el director de la función.
Y esto del cuplé es crucial en este montaje que protagoniza una de las reinas del género, la hija de la legendaria Olga Ramos, la responsable del reverdecer de un género que llenó los cafés en los primeros años del siglo XX y que decayó e cuando la República y el régimen franquista.
 "Madrid 20 /80. Loco amor de cabaret" es un montaje que "se ha cociendo poco a poco durante dos años".
Un momento de la rueda de prensa en el coliseo avilesino. ©Mara Villamuza

"Entonces fue cuando se pusieron en contacto conmigo. Este proyecto se forjó con todo lo que le fui contando a Pablo Garnacho", asegura Olga María Ramos, que reina sobre un plantel de actores que completan Irene Calabuig, que es quien interpreta al autor del espectáculo, y Adrián Grauman, que es el pianista sobre la escena.
 La producción recorre el siglo XX a ritmo de cuplés. Hace tres paradas y cuenta algún episodio trágico.
"Pero este espectáculo es muy divertido", asegura la cantante que da vida en escena a sí misma, pero también a su madre.
Jesús Gago, por su lado, interpreta "al único personaje que es pura ficción: Vicky".
Gago y Garnacho se conocieron en la Real Escuela de Arte Dramático de Madrid y los dos juntos forjaron el montaje que, finalmente, da la luz.
 "El cuplé trae la modernidad a un país en el que las mujeres no contaban", reivindicó Ramos.





El cuplé, una bandera de libertad
Borja Pino. 22/01/2015

El Palacio Valdés acoge hoy un montaje con sello asturiano que pretende ser un alegato a favor de la independencia creativa y vital del ser humano.
El estreno absoluto de 'Madrid 20/80' recupera la historia de los cabarets españoles. No es posible comprender la historia cultural, social e incluso política del siglo XX sin sumergirse en el submundo de los cabarets, las salas de variedades en las que el alcohol, la música y el teatro conformaban un todo decadente y, a la par, magnético.

El elenco durante la rueda de prensa en el Palacio Valdés.©Marieta

Por siempre asociados a las grandes ciudades europeas y estadounidenses de la primera mitad de la pasada centuria, tales espacios también tuvieron presencia en España, y es a ellos a los que está consagrada la obra teatral y musical 'Madrid 20/80. Loco amor de cabaret'.
El montaje, que se representa en el Palacio Valdés esta tarde, a las 20.15 horas, fue presentado ayer en el foyer del teatro, con el prestigio de ser el primer estreno absoluto del apartado 'Hecho en Asturias' del ciclo EscenAvilés 2015.
Con una estética adaptada al estilo propio del tiempo presente, pero sin perder la esencia de aquel pasado ya perdido, el conjunto supone un recorrido de casi sesenta años, entre las décadas de 1920 y 1980, a lo largo de la evolución de esos cafés cantantes.
Un viaje hecho de la mano de dos personajes principales: la cupletista Olga María Ramos, que se interpreta a sí misma, y la artista de variedades ficticia Vicky, a la que da vida el actor Jesús Gago. Las relaciones entre ambas protagonistas, sus vivencias y sus recuerdos, son las que dan vida al libreto. Fue el concejal de Cultura, Román Antonio Álvarez, quien ayer orquestó la presentación de este montaje, que ha sido producido por Tabló Vivant y Producciones Quiquilimón.
Con él estuvieron su director, Pablo Garnacho; Rosa Garnacho, responsable de Producciones Quiquilimón; el pianista Adrián Graumann, que proporciona el aporte musical del conjunto, y los intérpretes Olga María Ramos, Jesús Gago e Irene Calabuig, que asumen los roles protagonistas.
Han sido necesarios casi dos años completos de trabajo colectivo para convertir la que comenzó siendo una idea puntual y pasajera en la propuesta que esta tarde verá al fin la luz sobre el escenario avilesino.
«Hemos jugado tanto con el teatro puro como con la música y con las proyecciones contemporáneas, y todo ello será lo que mostraremos en directo», explicó Pablo Garnacho, que ha visto en esa fusión una forma de confrontar el pasado con el presente.
 «Trabajamos todo el recorrido del siglo XX, hasta llegar al vacío existencial que existe ahora».
 A la espera de que quienes disfruten del estreno ofrezcan su criterio, las primeras pruebas a pequeña escala con público han sido satisfactorias para el equipo que lidera Garnacho.
Uno de los mayores motivos de satisfacción es el éxito cosechado entre gentes de edades muy dispares, pues, como el propio director manifiesta, «ayuda a que los mayores recuerden ese mundo pese a la estética actualizada, y a que los jóvenes se queden enganchados, con ganas de verla una segunda vez, al comprobar su vigencia».
Para la cupletista Ramos, el hecho de que sea un hombre el que se embuta en la piel de una de las protagonistas es otro de los pilares de ese triunfo.
«Es algo que golpea mucho, y que es esencial para que el espectador salga contento de la sala», considera. Pablo Garnacho va más allá; en ello ve una defensa de la libertad de cada persona para ser quien desee ser.
«Creo que lo que hemos hecho defiende al propio individuo, en la medida que se produce ese cambio de roles de hombres y mujeres.
Olga ©Mara Villamuza

Es un juego que da pie a que la gente reflexiones acerca de la forma de ser uno mismo».
También el ensalzamiento del papel de la mujer en la historia cultural española constituye una de las bazas importantes de la obra; al menos, así lo entiende Rosa Garnacho.
 «En contra de la opinión generalizada, la modernidad existió en España, y existió con estas mujeres», sentenció ayer.
No en vano, «en una época en la que o nos casábamos, o nos hacíamos monjas, muchas encontramos en los cabarets la independencia que anhelábamos.
Y queremos que el público se pregunte qué fue de esas mujeres».
 Sin embargo, además de esa lectura en clave histórica, la obra plantea una reflexión sobre hasta qué punto el espíritu de los cabarets sigue presente o no en la sociedad actual, o de si es preciso recuperarlo.
«Se muestra el vacío que caracteriza nuestro tiempo: la falta de un futuro explícito, la pérdida de nuestra identidad, la necesidad de reinventarse a uno mismo... Todo eso está plasmado», indicó Pablo Garnacho.
 Y en ello el actor Jesús Gago atisba «la pertinencia de un texto así. Fue una de las cosas que más nos chocó: lo vigente y moderno del cabaret».
 En ese sentido, si hay algo en lo que todo el equipo de 'Madrid 20/80' coincide es en afirmar que el montaje que hoy estrenan es, en última instancia, un alegato a favor de la alegría, de la esperanza y de las ganas de disfrutar de cada pequeño matiz de la vida. «Al margen de ese vacío que impregna parte de la obra, queremos dejar claro que, pase lo que pase, la vida continúa. Nos gustaría que el público abandone el teatro con esa idea en mente», sintetizó su director. Aunque más expeditiva, también Rosa Garnacho defendió dicho parecer.
 «En la sala que ocupemos no habrá cabida para la tristeza, y no aceptaremos más lágrimas que las de alegría. Es la mejor lección que nos ha dado la comedia», concluyó.






El teatro Palacio Valdés, un café cantante con la cupletista Olga
21.01.2015 E. C. 
 La cupletista y cupletóloga Olga María Ramos (hija de la conocida cantante Olga Ramos), Jesús Gago, Irene Calabuig y Adrián Graumann recrearán mañana en el Teatro Palacio Valdés un café cantante en el que recorrerán la historia del siglo XX a través del cuplé. El título es "Madrid 20/80. Loco amor de cabaret", y arranca en los principios de siglo XX, momento en el que el cuplé registró su máximo apogeo. De ahí salta a los años cincuenta, que fue el momento de madurez y resurgimiento de este género, y concluye en los ochenta, cuando encuentra un nuevo espacio que se entremezcla con el bullicio que propició la famosa movida madrileña.

Pablo Garnacho, Irene Calabuch y Jesús Gago en un momento de los ensayos
©Llaneza photo
Con este estreno se inicia el ciclo de teatro "Hecho en Asturias" en el Palacio Valdés.
Será a las ocho y cuarto de la tarde. Producciones Quiquilimón y Tabló Vivant presentan una propuesta versátil y cercana a los distintos grupos de espectadores, adaptado y cercano a diferentes rangos de edad y grupos sociales, según informan los responsables de la función. Esta propuesta dramatúrgica y escénica trata de crear una ruptura con la tradición musical desde la tradición misma, dando como resultado una obra de teatro contemporánea enraizada en las estructuras del género y en las formas teatrales. La autoría y dirección es de Pablo S. Garnacho, y la coreografía lleva la firma de Mar López.

Jesús Gago "Vicky" interpreta "La llave"©Llaneza photo





23 de enero de 2015
 S. F. 
Los primeros cuplés

Un momento de la representación avilesina.©Mara Villamuza
El palacio Valdés condensa en la voz de Olga María Ramos la historia de España del siglo XX convertida en cabaret Olga María Ramos es la reina actual del cuplé y es también la protagonista de "Madrid 20/80. Loco amor de cabaret", de Pablo Garnacho. Este espectáculo echó a andar anoche en el teatro Palacio Valdés y se llevó el aplauso de los espectadores que se acercaron al odeón avilesino, en el segundo estreno del primer trimestre del año. El musical del que es autor y director Pablo Garnacho es una producción de la empresa "Quiquilimón". "Madrid 20/80. Loco amor de cabaret" recorre la historia de España desde los felices años veinte hasta bien entrada la década de los ochenta. La parada intermedia son los años 50. Junto a Ramos, participan en el montaje los actores-cantantes como Jesús Gago e Irene Calabuig. Garnacho explicó en la presentación de "Madrid 20 /80. Loco amor de cabaret" que el suyo es un espectáctulo que se ha estado "cociendo poco a poco durante dos años". "Entonces fue cuando se pusieron en contacto conmigo. Este proyecto se forjó con todo lo que le fui contando a Pablo Garnacho", aseguró Olga María Ramos, que reina sobre un plantel de actores.


El cuplé de toda una vida
 Olga María Ramos llevó al Palacio Valdés su espectáculo 'Loco amor de cabaret', un repaso histórico y emotivo por el género

 ALBERTO PIQUERO | AVILÉS.
23 enero 2015

 Nacido en París a finales del siglo XIX, el cuplé, que por entonces era couplet, se nacionalizó español en las primeras décadas del siglo XX, recogido en las legendarias figuras de Raquel Meller o Imperio Argentina.
De su historia vino ayer al Teatro Palacio Valdés a contar y cantar el espectáculo 'Loco amor de cabaret', arropado por la voz y la interpretación de Olga María Ramos, hija de una de las cupletistas más gloriosas y continuadora del linaje.
Olga María Ramos en uno de los momentos
de la representación. ©Sergio López
El cuplé de toda una vida, acompañada por el piano de Adrián Graumann y junto a las magníficas actuaciones del actor-tenor Jesús Gago -en el papel de Vicky, desdoblándose sin travestirse- y la actriz Irene Calabuig, al cuidado del guión escrito por el propio director de la función, Pablo S. Garnacho, quien subió al escenario al final para recibir los merecidos aplausos de un público que llenaba las tres cuartas partes del aforo.
La estructura de la obra se desarrolló, en un ambiente escenográfico sugerente, a través de los diálogos que establecieron Vicky y la propia Olga María Ramos, puente comunicativo para ir evocando las distintas épocas del cuplé, los años 20, los 50, los 80, del pasado siglo.
 Porque el cuplé, al modo del teatro, según se fue relatando y cantando, podría dar la impresión de ser ese enfermo moribundo que nunca muere, el cual durante algún tiempo parece en trance de agonía y al cabo vuelve a volar como el ave fénix, envuelto en alas de plumas coloristas y recobrando su energía primorosa original, guiñando un ojo picaresco al espectador avisado y brindando estrofas que por momentos retrataron las crónicas de una época.
Comenzó con 'Las tardes del Ritz', 'Madre, cómprame un negro', 'Colón, 34'...
La memoria viva de Olga María Ramos, servida por unas cuerdas vocales en las que vibró el matiz, la delicadeza expresiva, la insinuación y el juego, trasladó a los espectadores a la niñez de la artista, al lado de su madre, Olga Ramos, en pleno surgimiento del cuplé.
Después, se aproximó a la década de los 50, a los cafés cantantes, a las experiencias de la vida que a veces fueron dolorosas y añadieron sabiduría, que también eso es el cuplé.
Y desembocó en los años 80, cuando el género volvió a demostrar su naturaleza fluvial, flexible y guadianesca.
Irene Calabuch al comienzo de la representación.©Llaneza Photo
Cupo en el texto también el humor, la denuncia del maltrato a la mujer o «en una España que no suele guardar sus mejores tradiciones» la reivindicación del cuplé mismo, que no ha gozado del prestigio del tango y, sin embargo, ha sido puesto en los labios no sólo de Sarita Montiel, sino de Billie Holliday o Diane Ross.
Umbral dijo en su día que Olga Ramos escribía un pie de página en cada cuplé. Su descendiente es una dignísima heredera.
Olga es el cuplé. ©Llaneza Photo

2 comentarios:

  1. Fantástico espectáculo, estupenda interpretación, puesta en escena, dirección....un lujo en los tiempos que corren, ojalá se de con más frecuencia la concurrencia de tantos factores para poner en pie un espectáculo "redondo". No os lo perdais.

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  2. Todos los tonos del cuplé están en la voz cristalina de Olga María Ramos, una artista completa que no solo intrrpreta el género sino que lo ama y respeta. En este espectáculo la Ramos se rodea de excelentes artistas que agregan variedad, humor y picardía, Debería verse en toda España.

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